sábado, 3 de diciembre de 2011

Él, mucho más que un extraño

Era uno, y era dos, y a veces era tres personas. Pero siempre la misma, el mismo cuerpo, el mismo gesto.
La misma mirada.
Era tres, y era dos, y a veces era uno, sin nunca decidirse por nada, jugarse por nadie, conocer nada, sabor a nadie.



Siendo, simplemente, él. Sea quien sea, sabiendo, quizá, muchas cosas, ignorando, tal vez, muchas otras.
Pero nunca lo podremos saber, porque de su boca, nunca, ni una palabra, supimos escuchar.
Era uno, y era dos, y a veces, era tres.

2 comentarios:

Lucas Fulgi dijo...

Muy bueno, che.

Milio dijo...

Como tantos otros unos dos y tres...